UN JUICIO MUY INUSUAL Francisco Schwarz
Probablemente el juicio más inusual fue el que se
presento esa tarde calurosa ayer en la casa de la señorita Gómez. Se podría
decir que el más insólito y extravagante que sucedió en décadas.
En el barrio de
La Boca corría un rumor de que Pepe, un conocido albañil de la zona, estaba
enamorado de la señorita Gómez que era una dama con mucho dinero y muy
reconocida en el barrio por ser una cantante apasionada de tango.
Pepe negaba
rotundamente lo que decían los vecinos, pero ese no fue motivo para que la
gente no siga hablando y convenciéndose
cada vez más de su evidente amor por la señorita Gómez.
Así, fueron
pasando los días y este rumor pasó a ser cosa sabida, aunque nuestro querido
albañil lo negara.
Un día Pepe,
cansado por esta situación, decidió declararle su amor a quien le había estado
ocultando la verdad desde hacía tiempo y lo hacía tan bien como lo hace un
elefante detrás de una cuchara.
Tenía que
declararle su amor y, según él, no había mejor forma de hacerlo que con unos
mariachis debido a que ella era una amante de la música y además tenía un alto y blanco balcón en el que ella,
seguramente, estaría esperando a su
apuesto caballero Pepe.
Cuando llegó el día, Pepe, con los mariachis acompañando, empezó
cantarle una canción de amor a su amada con una voz no tan angelical y un poco
desafinada al compás de los mariachis. La señorita Gómez, sorprendida por la
música que no sabía de dónde venía, salió a su balcón. Cuando de repente, este
se derrumbo con ella arriba. La policía y los bomberos acudieron
rápidamente a la propiedad de la dama
mientras ella exclamaba: ¡Estás loco! ¡Estás loco! ¡Tiene que ir preso!
Esa
misma tarde ella presentó una denuncia que acusaba a Pepe de haber sido, el
culpable de todo. No hubo ningún castigo para él.
La
señorita Gómez se disculpó y le pidió si podía repararle el balcón ya que él era un experto. El noble caballero frente a
la bella dama, aceptó y se fue heroicamente en su corcel.