domingo, 13 de septiembre de 2015

                                          
                                                           LA LLAMADA
Era una noche lluviosa y ventosa de invierno. Una familia trabajadora dormía tranquilamente en su humilde casa de pocas habitaciones y húmedas paredes.
  Solo José, el menor de los cinco hermanos, escuchó el insistente sonido del teléfono.
  Era exactamente medianoche. Al atender la llamada, una voz grave y temerosa lo llenó de escalofríos.
  Desde entonces, y entre pesadillas que lo perturbaban, siempre a la misma hora, se repetía esa inquietante llamada, que sólo él podia oir.
José recuerda en su niñez un episidio dramático que le había ocurrido pescando en el muelle de su pueblo. Pedro, su amigo del alma y compañero de largas noches de pesca, en una maniobra desafortunada cayó al agua, una ola lo arrastró y nunca más se supo de él.
  Esa voz en el teléfono lo perseguía todas las noches; José no encontraba alivio en su casa hasta que decidió irse a vivir con unos tíos en el campo.
   Pasaron varias noches y, sorprendentemente, la voz de esas llamadas estremecedoras, desapareció.
   Los tíos, a los pocos días alegres con la llegada de José, decidieron realizar una gran fiesta en el pueblo.
   La fiesta, que comenzó a la salida del sol, estaba llena de chicos jóvenes que disfrutaban de cada momento del día, entre pizzas, empanadas y baile. Sólo faltaba la llegada del último habitante del pueblo.
   Llegando la medianoche el teléfono sorprendió nuevamente a José. La voz parecía calma, alegre y feliz. Era la llamada del último invitado, el más esperado...su amigo Pedro.